Cuando desde nuestras empresas se habla de desarrollo organizacional, nos encontramos ante un término tan amplio que nos puede resultar difícil aterrizar y conceptuar para poder entenderlo bien. Pero es necesario, que, desde nuestra visión de Recursos Humanos, lo tengamos muy en cuenta, puesto que se trata de la alineación de procesos y valores para que nuestras empresas funcionen mejor y sean más eficientes basándose en mejorar las relaciones humanas de las organizaciones, entre los grupos que las integran y sus líderes.
Según Luis Ferrer, «el desarrollo organizacional es la aplicación creativa de largo alcance, de un sistema de valores, técnicas y procesos, administrado desde la alta gerencia y basado en las ciencias del comportamiento, para lograr mayor efectividad y salud de las organizaciones mediante un cambio planificado, según las exigencias del ambiente exterior y/o interior que las condiciona».
Si analizamos con detalle la definición anterior de desarrollo organizacional, «la aplicación creativa» a la que se refiere será la aplicación práctica adaptada a las circunstancias reales de la empresa en ese momento y a la psicología de sus miembros.
Cuando habla «de largo alcance», quiere decir que el desarrollo organizacional está destinado a aplicarse en toda la organización en un plazo aproximado de 3 a 5 años en su primer ciclo.
Entendemos que el «sistema de valores, cultura, técnicas y procesos» en el desarrollo organizacional no es algo desarticulado, si no un todo compacto, integrado por técnicas concretas, valores y procesos que están interrelacionados, de tal manera que la modificación de uno dará lugar a modificaciones en los otros.
«Administrado desde la alta gerencia» requisito indispensable para que se pueda llevar a cabo.
«Basado en las ciencias del comportamiento» la base del desarrollo organizacional se encuentra en las ciencias de la conducta, puesto que busca mejorar la conducta grupal y organizacional como un medio para lograr «mayor efectividad y salud en las organizaciones», que será su máximo objetivo.
Después de analizar con detalle lo que definiríamos como desarrollo organizacional ya podremos definir los principales objetivos para una implantación correcta del proceso.
- Desarrollar un sistema viable y capaz de autorrenovarse, que se pueda organizar de distintas maneras dependiendo de las tareas a realizar.
- Hacer óptima la efectividad tanto del sistema estable, como de los sistemas temporales por medio de la creación de mecanismos de continuo mejoramiento.
- Avanzar hacia la colaboración y competencia entre las unidades interdependientes.
- Crear condiciones en las que se haga aparecer el conflicto inevitable y se maneje adecuadamente.
- Lograr el punto en el que se tomen las decisiones en base a las fuentes de información, y no a las funciones organizacionales.
- Aumentar el nivel de confianza y apoyo entre los miembros de la organización.
- Crear un ambiente en el cual la autoridad de un papel asignado se incremente por la autoridad, basada en el conocimiento y la habilidad.
- Aumentar la apertura de las comunicaciones laterales, verticales y diagonales.
- Incrementar el nivel de entusiasmo y satisfacción personal en la organización.
- Aumentar el nivel de responsabilidad personal y de grupo en la planificación y ejecución.
- Encontrar soluciones sinergéticas a problemas frecuentes.
Por todo esto, podemos resumir la importancia del desarrollo organizacional, el cual podría llevarse a cabo a través de un outsourcing de Recursos Humanos, para crear el ambiente ideal que se produce dentro de la organización cuando el trabajo en equipo y el liderazgo están alineados. A fin de cuentas, ¿No preferirías trabajar en una empresa con trabajadores motivados y con una visión conjunta?
Fuente : Desarrollo organizacional: cultura y cambio de Jose MIguel Ucero Omaña
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